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BAJO LA LUPA JURÍDICA | Comentarios al libro «La Constitución que Languidece» de Pedro Grández Castro

 

Por Heber Joel Campos Bernal
Abogado y magister en Ciencias políticas por la PUCP. Master en Global Rule of Lawand Constitutional Democracy por la Universidad de Genova (Italia). Investigador predoctoral de la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona (España). Profesor ordinario asociado de la PUCP.

¿Por qué languidece la Constitución?

El Estado constitucional se halla en crisis. Desde hace ya bastante tiempo esta frase se ha convertido en un lugar común. Las amenazas que enfrenta son tanto jurídicas como políticas. Las primeras consisten en el deterioro de la independencia e imparcialidad judiciales. Y las segundas, en el retorno del populismo y el rompimiento de los códigos que racionalizan el ejercicio del poder.

En el caso puntual de nuestro país, dicha crisis se extiende no solo al ámbito del constitucionalismo de los derechos, sino que comprende, además, a los pesos y contrapesos políticos. La crisis ha puesto en cuestión la forma cómo pensamos y aplicamos la Constitución. Y le ha otorgado carta de ciudadanía a los enemigos íntimos de la democracia [1] que, hasta hace muy poco, se hallaban en franca retirada.

Por eso es una muy buena noticia la reciente publicación del libro La Constitución que languidece. Estudios de derecho constitucional en tiempos de crisis del profesor Pedro Grández. En él su autor realiza un recuento de las crisis políticas y jurídicas por las que ha atravesado nuestro país en los últimos 6 años. Y discute el impacto que estas han tenido a nivel de nuestra práctica constitucional.

El libro se divide en cuatro secciones, cada una de las cuales aborda un ámbito o dimensión de las múltiples crisis de nuestra democracia constitucional. La primera sección explora la relación entre la Constitución y la democracia. La segunda examina los puntos de referencia entre la argumentación jurídica y el derecho constitucional. La tercera analiza la relación entre los actores privados y la Constitución, teniendo como telón de fondo la experiencia de la pandemia, especialmente crítica en nuestro país. Finalmente, la cuarta sección estudia el impacto del derecho internacional en la evolución y dinámica de nuestro derecho interno.

Los artículos que conforman cada sección del libro fueron publicados entre 2016 y 2024, ofreciendo así un panorama amplio de nuestras inquietudes y preocupaciones constitucionales. Esto resulta particularmente relevante en un periodo en el que la institucionalidad democrática fue puesta a prueba, con resultados no siempre satisfactorios.

En su análisis, el profesor Grández destaca dos grandes tendencias: por un lado, llama la atención sobre el proceso de desconstitucionalización del derecho y, por el otro, destaca el papel que cumple la Constitución —entendida como norma suprema del sistema jurídico—en ese proceso de erosión paulatina. Así, sostiene que, en el último lustro, se han presentado en el Perú una serie de medidas, producto del desequilibrio de poderes entre el Gobierno y el Congreso. Estas han consistido, por lo general, en la aprobación de normas que han tenido como efecto la actualización de los contenidos de la Constitución, pero al margen de los procedimientos previstos para ello (ese sería el caso, por ejemplo, de la LeyN.º 31810 que estableció el denominado despacho virtual de la Presidencia de la República). Estas medidas, resalta el profesor Grández, no habrían sido posibles sin el aval —directo o indirecto— del Tribunal Constitucional, cuya conformación depende, como se sabe, de la voluntad política del Congreso.

En el mismo sentido, el profesor Grández resalta como estas medidas han tenido un impacto relevante en nuestra comprensión de la Constitución. De ahí que, en los últimos años, esta haya cedido su lugar de fuente de las fuentes del derecho y de marco de referencia para la acción política, en favor de intereses aviesos que han instrumentalizado su prestigio y sus alcances políticos y normativos para atentar contra sus fines intrínsecos. Este proceso de regresión democrática que impacta en nuestra cultura jurídica y que pone en cuestión la vigencia efectiva de nuestras libertades no es obra, nos recuerda el profesor Grández, de un hecho aislado, sino de una lenta pero persistente erosión que ha llegado a su cenit en este periodo, poniendo en riesgo el tejido social y ahondando la brecha del subdesarrollo.

En los capítulos que conforman este excelente libro podemos, efectivamente, identificar los rasgos principales de este proceso de regresión democrática. Entre ellos destacan, especialmente, dos: la manipulación de los mecanismos de control constitucional para legitimar el ejercicio abusivo del poder a favor del Congreso. Y la paulatina amenaza en contra de los pesos y contrapesos políticos para convertir a nuestro sistema de gobierno de base presidencial en uno parlamentario de facto. Estos elementos juegan en pared con un estado de ánimo en el que las instituciones han dejado de ser percibidas como necesarias para garantizar nuestros derechos. De ahí que cuando nuestro autor se refiere a la languidez o fatiga de la Constitución precisa lo siguiente:

Aquí uso la expresión para llamar la atención sobre el preocupante proceso que estamos viviendo como sociedad […]. Un proceso en que la Constitución y sus contenidos básicos pierden su capacidad jurídica e institucional en la dirección de la vida colectiva, cediendo paso a los intereses de las facciones y de los grupos que, de nuevo, instalados en el poder, pretenden desconocer las reglas vinculantes de la Constitución, la manipulan o degradan para maniobrar sin controles o desconociendo los límites que impone. El resultado es un proceso en que la Constitución languidece también socialmente. Pierde prestigio social y se aleja de la confianza de los ciudadanos como instrumento de paz y de convivencia civilizada [2].

En suma, este libro ofrece un recuento detallado de las crisis políticas y constitucionales que ha atravesado nuestro país desde 2016. No se limita a un enfoque descriptivo, sino que, a partir del análisis de los ataques sufridos por nuestra democracia constitucional, propone una ruta de salida. Esta consiste en repensar el papel de la Constitución como mecanismo para canalizar nuestras diferencias políticas y promover nuestros derechos, así como en insistir en la importancia del equilibrio de poderes para garantizar el principio de autogobierno popular, verdadera piedra de toque de nuestro pacto fundacional.

[1] Tzvetan Todorov, Los enemigos íntimos de la democracia (Barcelona: Galaxia Gutenberg, 2012).
[2] Pedro P. Grández Castro, La Constitución que languidece (Lima: Palestra, 2024), 52.

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