Parece que la vida está cambiando de modo vertiginoso y que el Derecho no se puede mantener al paso de los grandes desarrollos tecnológicos que nos trae el nuevo milenio. Es común escuchar a algunas personas afirmar que el Derecho es simplemente una figura arcaica destinada a desaparecer o a quedar obsoleta. Esto es grave. No porque el Derecho sea un sistema perfecto, sino porque es un sistema social importante para poder alcanzar la justicia que representa la piedra angular de una adecuada vida en sociedad.
Ante tal situación, los juristas del siglo XXI tenemos una gran tarea y una gran responsabilidad. Es decir, debemos trabajar por llevar al Derecho y la práctica de nuestra profesión al nuevo milenio. Tenemos que empezar a sentar las bases de una revolución en la práctica de la profesión de jurista, para mantener al Derecho vigente en la sociedad del nuevo milenio.
Este manifiesto es un llamado a la acción a todos aquellos juristas que no tienen miedo a los cambios tecnológicos, para construir el Derecho del siglo XXI. Se propone una visión fresca del Derecho y de la práctica de la profesión, y se desmitifican muchas concepciones de la revolución tecnológica que vivimos.
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