Ha sido opinión corriente durante mucho tiempo que hay que hacer una distinción fundamental entre expresiones (utterances) o actos-discurso (speech-acts) ‘teóricos’ y ‘prácticos’*. Se piensa que la primera de estas clases incluye ‘aserciones’ y ‘enunciados declarativos’ (statements), mientras que la última incluye ‘imperativos’, ‘valoraciones’ y ‘expresiones normativas’. En consecuencia, se ha mantenido que sólo las primeras pueden ser verdaderas o falsas, y que sólo ellas pueden, por consiguiente, ser discutidas por la lógica. Tampoco les ha impedido mantener, de acuerdo con los defensores de una ética basada en valores ‘objetivos’, que podemos conocer estos valores y derivar de ellos imperativos morales válidos.
Tradicionalmente se ha distinguido entre el discurso ‘teórico’ y el discurso ‘práctico’. Sin embargo, queda por decidir cuál es el tema de esta distinción y cuál su fundamento. En su forma original, esa distinción apareció en el contexto de una epistemología trascendental, que postulaba la existencia de facultades cognoscitivas o poderes racionales separados.
La distinción entre el discurso descriptivo y el prescriptivo (o cualesquiera otras expresiones que uno pueda preferir para marcar provisionalmente esta distinción) es claramente, en cierto sentido, una distinción lingüística. Creo que la mejor forma de hacer esto (diferenciar)es, primero, explicar la distinción entre lenguaje y discurso, y a continuación analizar el fenómeno llamado acto-discurso (speech-act) o acto locucionario (locutionary act). Aunque este análisis elemental será familiar para muchos de mis lectores, me parece necesario empezar por los cimientos.
Sólo resta explicar la organización de este libro. En el capítulo II se examina el discurso indicativo con el detalle necesario para que sirva de base a la discusión; en el capítulo III, del discurso directivo. En el capítulo IV se examina el concepto ‘norma’, y en el capítulo V se analizan los elementos de una norma. El sexto y último capítulo trata de los problemas fundamentales de la lógica deóntica.
De la Introducción, Alf Ross.