“Este pequeño libro, modesto en sus ambiciones y, me temo que también, en sus resultados, reúne una veintena de trabajos originalmente elaborados de manera independiente uno del otro; en su mayoría constituyen ponencias desarrolladas para congresos y, en ocasiones, notas a distintas obras. No obstante, me parece que hay dos elementos que todos estos trabajos comparten: uno de carácter metodológico, el otro relativo al contenido.
Por una parte, de hecho, el enfoque practicado, en esencia, siempre es el mismo, y consiste en reconstruir, analizar y, eventualmente, criticar posiciones teóricas, metateóricas o normativas ajenas. Por consiguiente, en este volumen no presento, de manera directa, una teoría, una metateoría o algunas propuestas normativas personales, aunque al lector interesado no le costará trabajo inferirlas de la forma en que los autores objeto de discusión son analizados y evaluados. Respecto a las opciones metodológicas de fondo, debemos señalar que las teóricas son de un iusrealismo analítico; las metateóricas, del no-cognitivismo ético y de la avalorabilidad de la ciencia; y las normativas, de un liberalismo igualitario y neoiluminista.
Por la otra, el contenido del volumen resulta bastante homogéneo, ya que los autores objeto de investigación, casi en su totalidad, son filósofos del derecho influyentes y activos en la segunda mitad del siglo XX en Europa y, algunos también, en Latinoamérica. Lo que surge del conjunto de los trabajos reunidos es una suerte de representación –aun cuando «impresionista» y rapsódica, si se quiere– de algunos de los filones más vivaces e interesantes de la filosofía del derecho del siglo XX, con una particular atención al positivismo jurídico normativista, hermano-enemigo histórico del iusrealismo: de hecho, se va del fundador indiscutido, Hans KELSEN, a los desarrollos italianos con GAVAZZI, FERRAJOLI, CATANIA y JORI; de las ramificaciones latinoamericanas de ALCHOURRÓN y BULYGIN, a las hispánicas de ATIENZA y RUIZ MANERO. Las elecciones de los temas y de los autores, que quizá podrían parecer casuales, fueron estrictamente dictadas por mis intereses de investigación, estimulados, estos sí, por diversos factores, que mezclan modas y ascendencias culturales, amistades y concurrencias académicas, curiosidades intelectuales, simpatías y antipatías ideológicas”.
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