En el marco de su 29° aniversario, Palestra Editores comparte las voces de quienes sostienen su labor editorial. Sus reflexiones permiten comprender la especificidad de editar Derecho y el papel del editor en la construcción y circulación del pensamiento jurídico.
Editar libros siempre implica un desafío, pues cada obra trae consigo una forma particular de argumentar, pensar y comunicar. Sin embargo, en el caso del Derecho, este reto adquiere una intensidad especial. La labor editorial en este campo requiere una atención constante a la coherencia del razonamiento, la lectura cuidadosa del lenguaje técnico y la relación entre el texto y el contexto normativo y doctrinario en el que se inscribe.
¿Qué significa para ustedes editar Derecho? ¿En qué se diferencia esta labor de la edición en otros campos?
Manuel Rivas Echarri
“Editar cualquier libro es un desafío: cada texto trae consigo nuevos enfoques, estilos y formas de pensar. Pero en el caso del Derecho, ese reto se intensifica. Editar Derecho significa encontrar un equilibrio entre respetar la voz y la autonomía intelectual del autor y, al mismo tiempo, asegurar que sus ideas lleguen al lector con la mayor claridad y coherencia posibles.
El Derecho tiene particularidades propias. Es una disciplina argumentativa, en la que una palabra puede cambiar el sentido de un razonamiento y donde los conceptos suelen tener significados distintos según la escuela doctrinaria, la jurisprudencia o la intención del autor. A esto se suma la necesidad de estar atento al contexto normativo, jurisprudencial y doctrinario vigente.
En ese sentido, aunque un editor de cualquier área enfrenta desafíos similares, editar Derecho implica un nivel adicional de precisión conceptual y sensibilidad argumentativa. No es solo revisar: es acompañar al autor para que sus ideas jurídicas se sostengan, se entiendan y contribuyan al debate actual.”
Desde su experiencia, ¿qué cualidades hacen que un texto jurídico tenga “voz Palestra”?
Hilda Rojas Sinche
“Una primera cualidad es la rigurosidad académica de la investigación que realizan las y los autores. A ello se suma que abordan temas no solo con pertinencia teórica, sino también práctica para la comunidad jurídica en general.
Cada texto que se publica contiene, además, una voz reflexiva y crítica en torno al objeto de investigación, lo cual invita al lector a plantearse diversas interrogantes y emprender la búsqueda de sus propias respuestas.”
¿Qué desafíos enfrentan los editores al mantener el rigor académico sin perder claridad ni cercanía con el lector?
Jesé David Arias Aguila
“Los desafíos son diversos y varían según la obra. El editor debe reconocer que cada autor posee un estilo y una esencia propios: puede escribir con mayor o menor complejidad o necesitar apoyo para precisar sus ideas. Sin embargo, ese acompañamiento debe conciliarse siempre con el rigor que exige el correcto uso del lenguaje.
La forma más eficiente y transparente de afrontar estos desafíos se da en dos momentos: (1) durante el proceso editorial, trabajando de manera conjunta con el autor para que ambos actúen bajo los mismos criterios; y (2) una vez publicada la obra, atendiendo las observaciones de los lectores a través de sus comentarios y reseñas, pues son ellos quienes integran la comunidad que impulsa los proyectos editoriales.”
¿Cómo ha cambiado la labor editorial con la digitalización y la inteligencia artificial?
Jesé David Arias Águila
“La transformación digital ha traído consigo beneficios, pero también nuevos retos. Por un lado, la edición electrónica ha permitido agilizar los procesos editoriales y acercar a los autores tanto a estos como a sus potenciales lectores mediante comentarios, sugerencias y reflexiones.
Por otro, plantea el riesgo de una creciente dependencia de las inteligencias artificiales, que, si bien pueden ofrecer apoyo u orientación, su margen de error y la falta de verificación pueden comprometer la calidad de la edición. Por ello, debemos reconocer que las nuevas tecnologías y la inteligencia artificial constituyen herramientas valiosas, pero cuyo uso exige plena conciencia de sus límites.”
¿Podrían compartir un aprendizaje o experiencia marcada por la labor editorial en Palestra?
Manuel Rivas Echarri
“La verdad es que cada libro deja un aprendizaje: siempre se descubre algo nuevo, ya sea sobre el tema, sobre el estilo del autor o sobre el propio proceso editorial.
Pero, en mi caso, lo que más me ha marcado es trabajar con clásicos jurídicos traducidos de otros idiomas. En esas obras uno encuentra las ideas en su estado más original, antes de que la doctrina contemporánea las refine o las adapte.
Ese proceso de volver a las fuentes, descubrir matices y conectar pasado y presente del pensamiento jurídico no solo enriquece como editor, sino también como jurista. Es un recordatorio permanente de que el Derecho es una conversación continua —y que, desde la edición, también contribuimos a mantenerla viva.”
¿Cuál es el papel del editor en la construcción del pensamiento jurídico?
Hilda Rojas Sinche
“Si bien el editor o la editora no es quien crea en estricto las ideas contenidas en el libro, a través de la corrección de estilo y la edición en general se preocupa por hacer comprensibles aquellas ideas que el autor o autora quiere transmitir.
Asimismo, ayuda muchas veces a dar una mejor estructura al texto original, a encontrar un título que evoque con mayor exactitud el mensaje del autor/a, etc.”
Cumplir un nuevo aniversario significa reafirmar el compromiso con la difusión del pensamiento jurídico crítico y con el diálogo entre generaciones de juristas. En Palestra Editores celebramos estos años de trabajo agradeciendo a autores, lectores y colaboradores que hacen posible este proyecto. Que los próximos años nos encuentren promoviendo conocimiento, rigor y excelencia.

